Necesitamos obispos valientes   Leave a comment

Necesitamos obispos valientes

martes, 08 de julio de 2008

Necesitamos obispos valientes

Necesitamos obispos valientes

Hace más de cuatro años, el obispo de la IERE(1) Carlos López, realizó el primer comunicado oficial de una iglesia protestante española sobre homosexualidad. En él se oponía a la consagración de un obispo homosexual, Gene Robinson, por parte de la Iglesia Episcopaliana de Estados Unidos. Era un comunicado bastante simple que sorprendió a algunos, y que dejaba al descubierto ciertos miedos del obispo López.

Considero que era simple porque, aunque las razones que esgrimía para oponerse a la aceptación plena dentro de la Iglesia de las personas homosexuales eran claras, no profundizaba en su justificación. No lo hizo ni en aquel momento, ni lo ha hecho durante estos cinco años. Apelaba a las Sagradas Escrituras, a la tradición de la Iglesia y al sentido común, a los que también se puede apelar para argumentar la posición contraria. Prefirió pasar como de puntillas, con generalidades que sabía que podían apaciguar a los evangélicos españoles más conservadores. En mi opinión sus miedos eran provocados por la presión que podía recibir de la mayoría evangélica conservadora de nuestro país y de la marginación a la que sería sometida la IERE, por parte de FEREDE(2) y otras instituciones evangélicas, si se atrevía a decir algo diferente. Y evidentemente estaba en lo cierto, como lo evidencia lo que le ha pasado a la IEE(3), y que le podría haber ocurrido a él si hubiera atrevido a ser valiente.

La semana pasada nos volvió a regalar unas declaraciones(4) donde, entre otros temas, habla de homosexualidad sin atreverse a nombrarla en ningún momento. Además, en esta ocasión parece hacer un juego de malabares, permitiéndonos hacer a cada uno la lectura que prefiramos. En primer lugar afirma la pluralidad dentro de la Comunión Anglicana, y deja entrever que la aceptación de la homosexualidad no afecta en nada a la doctrina de la salvación. Parece que en este punto sí ha habido un avance.

Sin embargo también dice de la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos que ha avergonzado a muchos creyentes. Es verdad que no nos aclara cómo, si es por haber ordenado a Robinson como obispo, o por que éste ha formalizado la relación con su pareja en una ceremonia civil el mes pasado. Yo prefiero creer que se debe a las amenazas de muerte que Robinson recibe desde hace cinco años, por parte de cristianos intolerantes, y que le han obligado a casarse llevando un chaleco antibalas. Aunque tampoco me extrañaría que se refiriese a la elección de una mujer, Katharine Jefferts, como cabeza de la Iglesia Episcopaliana.

Para más ambigüedad el comunicado aclara que los anglicanos mantienen “una posición de fidelidad a las Sagradas Escrituras y a la tradición apostólica, considerando que los ministros y fieles de la Iglesia deben vivir una vida irreprochable, siguiendo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo”, palabras que supongo que podrían suscribir la mayoría de cristianos, discriminen a homosexuales o se opongan a su discriminación. Y digo la mayoría porque considero que no son todos, pues en ésta no se encuentran una gran parte de las Iglesias Anglicanas Europeas, ni por supuesto el obispo Carlos López, que prefieren “nadar y guardar la ropa”.

Así encontramos, por ejemplo, al obispo de Londres, Richard Chartres, que pretende que se investigue una ceremonia religiosa de bendición de dos religiosos homosexuales anglicanos, celebrada hace unos meses. Este obispo sabe que algunos de los sacerdotes anglicanos londinenses son homosexuales. Conozco personalmente a alguno de ellos y lo único que les exige es que pasen desapercibidos. Pueden predicar, casar, bautizar, orar por los enfermos, repartir la eucaristía, pueden tener pareja, casarse legalmente en la más estricta intimidad; pero se considera inaceptable que dos sacerdotes homosexuales realicen un servicio religioso público de su unión civil, ya que la Iglesia de Inglaterra no lo autoriza.

Ésta es la postura que mantiene como institución, debido a la presión a la que están sometidos sus miembros en este tema, pero esta postura es incomprensible a nivel humano. Como en la mayoría de ocasiones se olvida de que “homosexualidad” no es un tema, una opinión teológica, una postura que podemos apoyar o rechazar; “homosexualidad” son mujeres y hombres de carne y hueso que tienen sentimientos, anhelos, deseos de amar y ser amados. “Homosexualidad” es también la necesidad de celebrar el amor con las personas que tenemos cerca, sin esconderse, y como el resto de seres humanos, hacerlo a plena luz del día ante la comunidad con la que avanzamos y compartimos la fe, y ante el Dios que nos ha regalado ese amor.

Dentro de las comunidades de la IERE, como el obispo Carlos sabe muy bien, también han participado y participan homosexuales. Sería deseable que no pretendiese jugar al “prefiero no saberlo” o a “eso es algo personal”, y después realizar declaraciones en las que falta valentía y que no hacen más que humillar a esos creyentes. No creo que sea justo que ellos paguen sus miedos e inseguridades. Quizás estaría bien que imitase el ejemplo de algunas de las comunidades anglicanas en nuestro país, que no tienen ningún tipo de temores, y que se han posicionado claramente por la acogida y la defensa de lesbianas y gays.

De todas formas nunca es tarde para rectificar, o para matizar, realizando “la tarea que Jesucristo nos ha encomendado, la proclamación del Evangelio de Salvación, tal y como la hemos recibido en las Sagradas Escrituras”. Este Evangelio que nos ha sido encomendado se proclama a todo ser humano, independientemente de su orientación sexual, y se hace desde la valentía, no desde el miedo ni la oscuridad. Una proclamación clara y sin ambigüedades que busque la plenitud de todos los seres humanos, y no sólo la defensa de la propia dignidad. Un mensaje que sea capaz de sacar del sepulcro a los seres humanos que, como Lázaro, están allí dentro atados de pies y manos con vendas, y que esconden su rostro tras un lienzo. Un mensaje claro y rotundo, como el de Jesús: “Desatadlo y dejadle ir”(5).

Carlos Osma

Notas:

  1. Iglesia Española Reformada Episcopal

  2. Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España

  3. Iglesia Evangélica Española

  4. http://www.lupaprotestante.com/index.php?option=com_content&task=view&id=1218&Itemid=1

  5. Jn 11: 44

Publicado julio 8, 2008 por Ricardo Paulo Javier en Uncategorized

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